Primera ruta del nuevo año recién estrenado.
Casi pasadas ya las fiestas navideñas y siendo el
día de la noche de Reyes, decidimos improvisar una ruta para subir al
cerro del Ecce Homo (o de la Vera Cruz) situado en el Parque Natural de los Cerros y visitar los
Belenes que hay allí.
Desde hace unos cuantos años (al menos desde 2013) el
Domingo anterior a Nochebuena, grupos de senderistas, asociaciones de
Belenistas y diversas parroquias, entre ellos la Asociación de Hijos y Amigos
de Alcalá, han tomado como tradición montar diferentes Belenes en lo alto del
cerro, sobre los restos de lo que fue en su día una de las ermitas que había en
la planicie del cerro.
El Belén lo componen diferentes tipos de figuras haciendo una amalgama “peculiar” que le aporta un encanto especial.
Esta vez quedamos a las 09:00 horas, pues la hora habitual en
invierno suele ser a las 08:30. Pero debido al frío, la poca luz y que estamos de vacaciones nos dimos cita en el sitio de siempre. Puerta de
Madrid.
Rodamos por el camino habitual hasta el parking del Parque Natural de los Cerros. Mientras nos adentrábamos por sus senderos veíamos y sentíamos bajar la temperatura incluso llegando el termómetro a marcar -3 grados, pasando por los charcos helados, escarcha sobre la hierba y un viento helado. Hasta los teléfonos móviles
agotaban su batería debido al frío.
Delante tirando de la “cabalgata bicicletera” iban como siempre Piero y
Javi siguiéndoles a rueda Ángel y por detrás Fermin y Jorge.
Seguimos la ruta amarilla hasta que coronamos el cerro Ecce
Homo o de la Vera Cruz. Piero, Javi y Ángel casi sin poner pie alguno, Fermín y
Jorge pusimos algún pie que otro y con un poco más de esfuerzo coronamos.
Desde lo
alto de la planicie se disfruta de las maravillosas vistas que nos brinda, entre ellas la ciudad de
Alcalá de Henares en su totalidad, la vecina Torrejón de Ardoz, Camarma de
Esteruelas, etc...
También Madrid, con las cuatro torres ubicadas en la antigua ciudad deportiva de Real Madrid, y la típica boina de contaminación que le viene acompañando cuando pasan demasiados días sin llover.
También Madrid, con las cuatro torres ubicadas en la antigua ciudad deportiva de Real Madrid, y la típica boina de contaminación que le viene acompañando cuando pasan demasiados días sin llover.
Observábamos el antiguo vertedero de Alcalá de
Henares, ya colmatado y cerrado, que tanta polémica ha suscitado en los últimos meses.
Una vez hechas las fotos pertinentes, bajamos del cerro, y
subimos por el camino que lleva hasta el Alto Llano rumbo a la caseta de los
cazadores/pastores, cuyo nombre no sabemos si es real pero así nos entendemos
nosotros, para luego descender camino a Anchuelo.
En Anchuelo, decidimos parar a tomar un café en un bar de la plaza, y pudimos
admirar un enorme Belén, cuya curiosidad es sus pastores sentados en una mesa
jugando a las cartas.
Con fuerzas renovadas, subimos al repetidor de Anchuelo
(subida a las antenas) para bajar, esta vez sin barro hasta tomar el camino que conecta con el Campo de Golf de El Robledal. Allí nos encontramos que habían puesto una valla en la entrada de la urbanización
fantasma.
Bordeamos la urbanización y bajamos a Villalbilla, donde retomamos
el camino que sube de nuevo al Parque Natural para volver a la entrada del
aparcamiento.
Nos cruzábamos con senderistas y Globeros-Domingueros como
nosotros que no habían madrugado tanto. Para acabar tomando unas cervecitas
donde viene siendo habitual, El Carolina. Piero para variar se nos perdió a la
salida del parque y apareció una vez tomada la primera ronda de cervezas, sin
alcohol, por eso de que somos deportistas. Nos despedimos y deseamos feliz noche de Reyes.
En total nos salió una ruta de unos 42km con un desnivel acumulado de unos 800 metros aprox.
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